Los caminos a la identidad

 En la actualidad, los investigadores consideran que hay cuatro caminos hacia la identidad:

  1. Difusión: Es lo opuesto al logro de la identidad. Los que muestran difusión tienen dificultades para cumplir con las demandas habituales de la adolescencia, como completar las tareas escolares, encontrar un trabajo, hacer nuevos amigos y pensar en el futuro. La difusión no es tanto un tipo de identidad como la carencia de ella, la ausencia de autodefinición o compromiso. Un ejemplo de difusión puede ser un adolescente al que las críticas de los padres o los plazos vencidos de un trabajo parecen resultarle indiferentes.
  2. Identidad Prematura: Ocurre cuando se acortan su búsqueda sin cuestionarse sus valores tradicionales o adoptando una identidad preformada. Estos jóvenes podrían aceptar los roles y las costumbres de sus padres o de su cultura en lugar de explorar alternativas y forjar su propia identidad. Un ejemplo podría ser un varón adolescente que siempre ha tenido previsto seguir los pasos de su padre. Si el padre fuese médico, el hijo estudiaría medicina.
  3. Identidad negativa: Algunos adolescentes deciden que los roles que los adultos les ofrecen son inalcanzables o no les resultan atractivos, aunque no pueden encontrar alternativas que sean verdaderamente propias. La reacción puede ser una identidad negativa, es decir, contraria a lo que se espera de ellos. El factor fundamental en la identidad negativa no es la identidad en si misma sino el desafío rebelde que subyace a ella. Por ejemplo el hijo de un maestro se niega a ir a la universidad.
  4. Moratoria de la identidad: Por último, en el proceso de búsqueda de una identidad madura, muchos jóvenes declaran una moratoria de identidad, una especie de receso. Es una pausa en la formación de la identidad. Se exploran alternativas pero se pospone la identidad definitiva. No es necesariamente dañina. Un ejemplo podría ser una academia militar o una misión religiosa o viaje.

Según los investigadores, estos caminos hacia el objetivo final, se suceden en cuatro escenarios diferentes:

  1. Religioso: La identidad religiosa es importante para los adolescentes, porque los valores son importantes como guía. La mayoría de jóvenes completa su búsqueda de identidad religiosa hacia los 30 años.
  2. Sexual: Los adolescentes logran la identidad sexual o de género, no solo resolviendo su orientación sexual, sino también eligiendo características específicas de la conducta y los roles masculino y femenino.
  3. Político: En la actualidad, la identidad política se suele expresar a través de la identidad étnica, lograr la identidad étnica para los adolescentes es difícil, ya que conlleva combinar pasado y futuro.
  4. Vocacional: Así como las identidades sexual y étnica se han vuelto mucho más complejas, también lo ha hecho la identidad vocacional. Es casi imposible lograr la identidad vocacional antes de los 20 años, ya que muchos trabajos son desconocidos para los adolescentes y porque el empleo de los adolescentes pocas veces conduce a una carrera.

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